NOTRE DAME Y LA RESURRECCIÓN DEL ARTESANO

En pleno siglo XXI, la era de la tecnología, los robots y la informática, hemos sido testigos del grave incendio que devastó parte de éste gran monumento gótico con más de 850 años de historia. Es posible que éste suceso origine, de algún modo, el resurgir del artesano y sus técnicas de construcción, suplantadas por la maquinaria industrial con el avance de los tiempos modernos. En medio del debate sobre su reconstrucción y el estilo a aplicar, muchos serán los arquitectos “estrellas”, que querrán dejar su impronta en el edificio, hasta ahora intocables. Que han sabido mantenerse con el paso de los años preservando la historia, sus secretos, episodios oscuros y épocas de esplendor. Pero sobre todo, el buen hacer de sus artesanos. La calidad del trabajo de éstos maestros que con los escasos medios y adelantos de la época, nos siguen dando lecciones de conocimiento y perfección del oficio a día de hoy.

Una sociedad, la actual, que durante las pasadas décadas ha lapidado los oficios en pro de una producción rentable y del mínimo esfuerzo y sacrificio. En mi numeroso recorrido como cantero y escultor, trabajando por iglesias y monumentos históricos, me encuentro la falta de profesionales del sector, cómo canteros, carpinteros, herreros, etc. Y en muchos casos las piedras deterioradas son remplazadas por morteros y resinas que son, por desgracia, las soluciones más prácticas por la falta de canteros especializados y el coste elevado que supone esa carencia. A eso hay que sumarle, en muchos casos, el escaso presupuesto en partidas que denota la falta de cultura e interés por parte de la administración a la hora hacer un trabajo de calidad en nuestros edificios históricos.

Creo que ésta es una gran ocasión para revalorizar los oficios artesanos y, por qué no, ofrecerlos a nuestros jóvenes cómo una opción laboral digna y de futuro.